Es el futuro. En pro de construir un mundo mejor, más ecológico y que no dañe ni el medio ambiente ni a nuestra salud, la vivienda sostenible ya no es una alternativa.

Según las Naciones Unidas, los hogares consumen el 29% de la energía mundial y, en consecuencia, contribuyen al 21% de las emisiones de CO2 resultantes. Por tanto, miramos hacia la vivienda sostenible como algo real en el presente y futuro.

¿Qué es la arquitectura sostenible?

La Asociación Española para la Calidad define a la arquitectura sostenible como aquella que tiene en cuenta el impacto que va a tener el edificio durante todo su ciclo de vida: construcción, uso y derribo final. Considera los recursos que va a utilizar, los consumos de agua y energía de los propios usuarios y, finalmente, qué sucederá con los residuos que generará el edificio en el momento que se derribe.

Su objetivo es, por tanto, reducir estos impactos ambientales y asumir criterios de implementación de la eficiencia energética en su diseño y construcción. Todo ello sin olvidar los principios de confortabilidad y salud de las personas que habitan en estos edificios.

 

Según la web de Bankia, todas las edificaciones sostenibles españolas son certificadas por el método de evaluación y certificación de la sostenibilidad de la edificación BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology), que según la propia web de BREEAM en España, evalúa impactos en 10 categorías (Gestión, Salud y Bienestar, Energía, Transporte, Agua, Materiales, Residuos, Uso ecológico del suelo, Contaminación, Innovación).

Utilización de fuentes de energía renovables

La vivienda sostenible utiliza fuentes de energía renovables. La web de API explica que, entre estas, se pueden instalar dispositivos como placas solares, además de la energía solar térmica (para calefacción, agua caliente sanitaria y aire acondicionado), biomasa o la geotérmica.

Ahorro de energía

Un edificio con certificación BREEAM o lo que se entiende como vivienda sostenible supone importantes beneficios económicos para los usuarios, como la reducción del consumo energético entre un 50-70%, el consumo de agua es hasta un 40% menor, y también se reducen los gastos de funcionamiento y mantenimiento entre un 7-8%.

Esto es importante porque, según las Naciones Unidas, si todas las personas del mundo utilizarán bombillas de bajo consumo, el mundo se ahorraría 120.000 millones de dólares al año.

Pero, a pesar de que se ha promovido el aumento de la eficiencia energética, el uso de energía en los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) seguirá creciendo otro 35% durante este 2020. El consumo doméstico y comercial de energía es la segunda área de uso de energía que más rápidamente ha crecido, tras el transporte.

Mejor aislamiento

Las casas sostenibles aportan más beneficios porque suelen estar construidas con carpintería de alta calidad que ofrece un buen aislamiento, evitando así que la temperatura ambiente de casa se vaya y también que entren filtraciones de aire.

Mayor valor de tasación

Un edificio con certificación BREEAM® aumenta el valor del inmueble un 7,5% e incrementa las rentas un 3% y la tasa de ocupación de los inmuebles en un 3,5%. Y como el consumo de energía es hasta un 80% inferior que una vivienda tradicional, según el IDEA, aumenta el valor de tasación de la propiedad.

Empleo de materiales naturales

El empleo de materiales naturales que no dañan el medio ambiente es otra característica de las viviendas sostenibles. Para su construcción suelen utilizarse materiales que tienen un bajo coste energético. Y también se estila el reciclaje de residuos con materiales que son reutilizados.

¿Qué son las casas pasivas?

Las casas pasivas son las que están reconocidas según el Passivhaus que es un estándar de construcción de edificios energéticamente eficientes. Según la Plataforma de Edificación Passivhaus de España, estos edificios cuentan con un elevado confort interior y son económicamente asequibles.

vivienda sostenible

Está otorgado por el Passivhaus Institut de Alemania, y deben cumplir estos cinco principios básicos: excelente aislamiento térmico; ventanas y puertas de altas prestaciones; ausencia de puentes térmicos; hermeticidad al aire; y ventilación mecánica con recuperación de calor.

¿Qué dice la Agenda 2030 de las Naciones Unidas?

Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se establecen medidas para las viviendas. Establece que los problemas comunes de las ciudades son la congestión, la falta de fondos para prestar servicios básicos, la falta de políticas apropiadas en materia de tierras y vivienda y el deterioro de la infraestructura.

Entre las metas establecidas por las Naciones Unidas en esta materia está que de aquí a 2030, se quiere aumentar la urbanización inclusiva y sostenible y la capacidad para la planificación y la gestión participativas, integradas y sostenibles de los asentamientos humanos en todos los países.

La ONU reconoce que la situación ha mejorado en la última década: la proporción de la energía renovable ha aumentado respecto al consumo final de energía gracias al uso de fuentes de energía como la hidroeléctrica, la solar y la eólica, y la proporción de energía utilizada por unidad de PIB también está disminuyendo. Pero queda mucho camino por recorrer.